Tradición de San Antoni y los demonis

Cada mes de enero, la isla de Mallorca se tiñe de rojo por una tradición muy arraigada en nuestras fiestas populares. ¿Sabes de lo que estamos hablado? ¡Te lo explicamos!

Este mes, concretamente el 17 de enero, celebramos una de las fiestas más importantes para Mallorca: la fiesta en honor de Sant Antoni Abad, patrón de los animales, en distintos pueblos y ciudades de la isla como Manacor, Artà, Pollença, Sa Pobla o Son Servera.

Si este mes vienes a Mallorca a disfrutar del golf y el buen tiempo, no puedes perderte esta tradición que tanta importancia tiene para nosotros.

El fuego, la música y el baile de la “nit mágica” o “nit bruixa” (noche bruja), comienzan desde la tarde del 16 de enero, víspera del día de Sant Antoni. Durante esa noche, podrás vivir en primera persona una de las fiestas populares más antiguas, mágicas y queridas por los mallorquines.

¿Dónde surge y de qué va esta curiosa tradición centenaria?

Su origen data del siglo XIX, concretamente del año 1883, y se relaciona con antiguas ceremonias de la fecundidad, el cultivo y la protección de los animales.

Un grupo de dimonis (demonios) enmascarados acompañaba al santo bailando por las calles de la ciudad mientras asustaban a los niños. También se encendían varias hogueras a su paso.

Se considera a Sant Antoni como protector de los payeses (campesinos) de la isla y los demonios que le acompañan representan las tentaciones que tuvo que sufrir el santo.

Esa noche, es común reunirse y cenar en la calle una sobrassada a la brasa y otros embutidos y comidas tradicionales, donde no puede faltar tampoco el vino.

La noche del 16, los demonis pasean de hoguera a hoguera mientras realizan su tradicional baile junto a los ancestrales cantos con “ximbomba”. Además, los populares poemas cantados con una melodía propia recordando las gestas del santo inauguran la fiesta. También es común cantar canciones eróticas durante la noche. Se cree que el fuego, las danzas y bailes que se realizan son herencia de los rituales de fuego que celebraban chamanes y brujos para festejar que los días se alargaban y representan la fuerza del sol y la victoria de la luz sobre las tinieblas.

El día 17 se celebran las beneïdes y en algunos pueblos realizan desfiles de carrozas, que representan escenas tradicionales del mundo rural mallorquín, y se bendicen a los animales domésticos, donde los demonios incordiando a la figura de Sant Antoni y también a los más pequeños, son parte esencial.

Una tradición única que nos acerca a los orígenes de nuestra tierra y nos hace disfrutar de dos días llenos de diversión y magia.

Aunque este año las hogueras no podrán celebrarse, el espíritu de Sant Antoni y los demonis de mantiene y puedes gozar de una jornada de golf en el Club de golf de Son Servera un campo de 18 hoyos con 50 años de historia y unas maravillosas vistas a las montañas así como al valle de pinos. Desde muchos sitios hay unas maravillosas vistas a la Bahía de Cala Millor. En diferentes épocas del año florecen las adelfas y buganvillas complementando con su colorido el retrato de las gaviotas, patos y otros pájaros que hacen de este campo algo tan especial.

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